¿Te has preguntado alguna vez «por qué engordo», «no sé por qué engordo» o «no como tanto como para engordar»?
Consecuencias del desayuno inadecuado
Una de las causas más comunes por la cual engordamos es por no hacer un desayuno adecuado. Me atrevería a decir que el desayuno de la población española es la asignatura pendiente de la salud de los españoles y españolas. Te pongo en situación:
Llega la hora de tu desayuno y lo primero que te vas a meter en el cuerpo, desde ayer por la noche que cenaste, es una tostada de pan, un poco de aceite, mantequilla o margarina y puede que un poco de mermelada, tomate o una loncha de jamón serrano o de jamón cocido. Acompañado por supuesto de un café con leche y azúcar.
Sinceramente me pregunto ¿Qué mente perversa ha dicho que hay que desayunar esto? ¿Quién ha tomado esta decisión por ti? ¿Por qué en los bares la gama de desayunos es tan pobre?
Analizando los ingredientes de un desayuno
Pan
Aporta carbohidratos de absorción rápida y poco más (un poco de vitamina B). Estos carbohidratos de absorción rápida producirán un incremento brusco de glucosa en sangre y, por consecuencia de insulina, que, por un lado, se llevará esa glucosa al hígado para transformarla en grasa y guardarla en el tejido adiposo (michelines), y por otro lado te dará la sensación de aletargamiento, falta de claridad mental o lo que se conoce como morriña. Esto es el causante que te pegues la mañana bostezando y te cueste concentrarte. Por eso necesitas café por la mañana, para contrarrestar esta pesadez. Créeme que si no tomas pan no te hará falta el café.
Aceite
La dosis adecuada de aceite son 10g. Si pones 10g en tu tostada, el pan lo absorberá y no lo verás. Pero si pones más estás multiplicando las calorías, ya que el aceite es 100% grasa.
Margarina
La margarina es una grasa hidrogenada. La bondad de las grasas vegetales es que son insaturadas, pero en el momento en el que las hidrogenas, lo que estás haciendo es convertirlas en grasas saturadas, con el agravante de que estas grasas saturadas son trans, las verdaderamente perjudiciales.
Mermelada
Más del 50% de una mermelada es azúcar, que elevará rápidamente los niveles de glucosa en sangre, y el resto ya te lo he contado en el apartado del pan. Pero déjame añadir que cuando la insulina se lleva la glucosa de la sangre, produce una bajada de azúcar en sangre (hipoglucemia), lo cual te da hambre y apetencia por dulce. Si caes en la tentación, por ejemplo con las galletas de chocolate que siempre te ofrece tu compañera de oficina, volverás a repetir el ciclo. Recuerda que estos excedentes de glucosa sanguínea los están convirtiendo en grasa y guardando en los michelines, sobre todo si tienes un trabajo de oficina.

Lo mismo ocurrirá con el azúcar que le pones al café. Si le pones sacarina no te suben los niveles de glucosa pero sí los de insulina, por lo que el efecto es el mismo.
Si sumamos el efecto hiperglucemiante del azúcar, el pan y la mermelada, el problema se multiplica y los síntomas también.
Tomate
Te aporta antioxidantes, no está mal, pero cuidado con la acidez.
Jamón o embutido
Es interesante el aporte de proteína en el desayuno, pero una lonchita no es suficiente. Además, cuidado con el nitrito sódico y el nitrato potásico que contienen los embutidos, que son potencialmente procancerígenos por convertirse en nitrosaminas en con el ácido del estómago.
Y lo peor de todo esto es que tanto la harina del pan como el azúcar o el edulcorante afectan negativamente a tu flora intestinal, algo que está relacionado directamente con la ganancia o pérdida de peso.
Además de lo poco nutritivo que resulta este desayuno, hay un agravante. ¿Te suena llegar a casa por la tarde y que de repente te entre un hambre como si no hubiera un mañana y no ves fin? Es la consecuencia de tu desayuno insuficiente. Tu cuerpo lleva todo el día diciéndote que tiene hambre, pero como estabas ocupado/a no lo escuchabas y ahora te está gritando.
Beneficios de un desayuno adecuado y saludable
Por el contrario, cuando haces un desayuno adecuado, completo, nutritivo y saciante, este problema desaparece, evitando ese comer sin control que te da por la tarde y la causa de que engordes, aunque la raíz del problema era tu desayuno.

Recuerda que cada una de las comidas que haces al cabo del día, es una oportunidad para introducir nutrientes necesarios para tu organismo, de modo que cuanto más nutritivo sea tu desayuno, es decir, cuantos más nutrientes aportes en tu desayuno, como carbohidratos de absorción lenta, proteínas, grasas omega 3, antioxidantes, vitaminas, minerales, etc., más fácil será que al final del día hayas aportado todos los nutrientes necesarios.
“CUANDO APORTAS A TU ORGANISMO TODOS LOS NUTRIENTES QUE NECESITA, TODO FUNCIONA CORRECTAMENTE Y TU SALUD TE LO AGRADECERÁ”